¿Qué NO es Arduino?

Existe el mundo Maker, término que está estrechamente ligado con DIY (Do It Yourself). Ambos representan una filosofía de “hazlo tú mismo”, de realizar ciertos dispositivos o elementos para nuestra vida cotidiana por nosotros mismos. Esto puede incluir ropa, cosplays, muebles, adornos, etc. En este caso, nos centraremos en los dispositivos. Siempre que alguien empieza en el mundo Maker, llega a encontrarse con Arduino.

¿Pero sabemos realmente qué es y para qué se puede utilizar?

En resumen, Arduino nació para acercar de una manera fácil e intuitiva la electrónica a estudiantes y programadores. Ese es su principal objetivo: una primera base simple, entendible y a muy bajo costo en comparación con los tiempos en que no existía Arduino.

Existen multitud de módulos, sensores y actuadores para Arduino, con los que se puede aprender de forma segura sin hacerse daño. Este es un punto fundamental, ya que incluso los niños pueden utilizarlo.

Una vez que la gente aprende las bases y sabe controlar y mezclar elementos, empiezan a crear sus propios dispositivos. Estos pueden ser tan diversos como un pequeño coche autónomo o a radio control, una estación meteorológica, o incluso una caja inútil.

Este tipo de proyectos están muy bien, son acordes a su “posible uso” de hacer cosas por aprender, como pasatiempo, y por qué no, hacer algo útil para el hogar.

Ahora bien, hay algunos atrevidos que pasan a un siguiente escalón: la domótica. Utilizan sus conocimientos y materiales para automatizar (controlar) su casa. Esto puede lograrse por distintos medios, como a través de una app móvil que envía una señal al Arduino para encender o apagar una luz, o mover una persiana automática.

Aquí ya hay peligro. Ya hay riesgos. Se está manipulando los cables de la red eléctrica de la casa, lo que conlleva un posible riesgo de electrocutarse si se hacen las cosas mal y sin conocimiento. La persona ya no solo debe saber programar el Arduino o conectar los módulos entre sí, sino también manipular cables de la red eléctrica. Hay que ser muy responsable y tener el conocimiento adecuado. En caso contrario, ni lo intentes.

Una vez explicado para qué se utiliza realmente Arduino y un posible uso extendido con riesgos evidentes, hay un uso totalmente fuera del mundo Maker que debería estar prohibido realizar.

Con Arduino puedes recoger información del entorno, tratar esa información y realizar acciones sobre actuadores para obtener un fin. Por ejemplo, si hay mucha luz solar, apaga la bombilla; si la temperatura sube de 30 grados, enciende el ventilador. En un entorno doméstico esto se puede entender.

¿Qué es lo peor que puede pasar si el Arduino se rompe o se vuelve loco en tu casa?

Tendrás una bombilla loca o un ventilador loco, permanentemente encendidos o apagados. No perderás sumas de dinero importantes, ni material importante, ni hay riesgos más allá de los domésticos comunes.

Pero hay ciertas personas que, por el hecho de “recoger información y hacer funcionar un actuador”, piensan que pueden implementarlo en su empresa o industria, simplemente por ahorrarse dinero. Un Arduino cuesta entre 3€ y 30€ (clones vs originales).

Un PLC (sistema de control industrial) cuesta como mínimo 100€ los más básicos, teniendo los comunes un precio mínimo de 300€. Ya vemos diferencias de precio importantes. Y como hacen “lo mismo”, pues vamos a probar, ¿no?

Aquí viene el punto clave: certificaciones.

Un PLC tiene distintas certificaciones. Primero su hardware, la electrónica. Esto quiere decir que ha sido testado y comprobado, resultando en un sistema robusto que, aun “maltratándolo”, va a aguantar y seguir funcionando con bajas probabilidades de fallar. Además, se minimiza la posibilidad de que las señales EMI emitidas por otros elementos a su alrededor le afecten y viceversa. Segundo, el software también tiene certificaciones. El software con el que se programa el PLC tiene que cumplir ciertos estándares, asegurando que se reducirá al mínimo posible la probabilidad de fallos. No solo eso, sino que algunos llevan, por ejemplo, un segundo procesador dedicado exclusivamente a la seguridad.

Por el contrario, el Arduino apenas tiene lo justo para ser vendido como un objeto. No digamos nada sobre el software, creado por la comunidad, que puede tener la mejor intención del mundo, pero no pasaría ninguna certificación.

¿Qué es lo peor que puede pasar si el Arduino se rompe o se vuelve loco en tu industria?

Desde pérdidas millonarias, pérdida de material, retrasos en la producción… Y más importante, pérdida de vidas humanas. El PLC tampoco está libre de fallar, pero las probabilidades de que falle son infinitamente inferiores comparadas con las del Arduino.

No seamos imprudentes, cada cosa tiene su uso y entorno.


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