Mientras estaba trabajando con el ordenador de sobremesa como siempre, en el que tengo un monitor y una televisión que uso de forma esporádica, esta última, mientras la tenía encendida, hizo un sonido como de una pequeña explosión y de repente se apagó. No volvió a encender más, ni siquiera encendía el led de standby. No tenía ningún consumo eléctrico. Es decir, la televisión había muerto.
Como buen técnico, era el momento de abrirla, ver qué había pasado y tratar de solucionarlo. Aquí solo se tira lo que ya no tiene ninguna solución.
Lo primero que se debe hacer es conocer el modelo del dispositivo y tenerlo a mano, por si fuera necesario para conseguir repuestos. En este caso, estaba en una etiqueta en la parte trasera de la televisión.
A continuación, lo que me encontré al abrirla fueron dos placas grandes bien diferenciadas. Una es la placa de control de la propia televisión, la que gestiona y procesa toda la información, las imágenes, el sonido, E/S… La otra placa es la fuente de alimentación, la que da la energía necesaria para cada componente. Al haber escuchado una pequeña explosión y que tras eso no encienda ni consuma la televisión, por experiencia se sabe que suele ser un fallo en la parte de potencia, en la fuente de alimentación. Por lo que me voy a centrar en un principio en esa placa marrón.
Tras desenchufar los cables conectados a esta placa, quitar los tornillos y sacarla para examinarla mejor, el primer paso es comprobar el fusible de entrada. Al comprobarlo, no daba continuidad entre sus extremos, lo que quiere decir que hubo un consumo excesivo y fundió el hilo interno. Además, al comprobar los componentes a partir del puente de diodos, estaba todo en corto. Esto quiere decir que hay una o más piezas estropeadas. Por suerte, en este caso solo había una pieza rota, un MOSFET, el cual está tapado por un disipador de calor y una silicona. Aunque por la otra cara de la placa se puede ver perfectamente.
Al retirarlo, pude comprobar que efectivamente entre dos de sus patas había continuidad, mientras que en el resto de componentes de la placa este defecto había desaparecido. Con el modelo en mano, se puede conseguir un repuesto de este componente en una tienda de electrónica.
Antes de colocar el nuevo, se debe limpiar la zona lo mejor posible de la silicona y el estaño viejo, pero sin invertir demasiado tiempo, ya que esta limpieza es más estética que útil. Se puede apreciar en la zona alrededor del MOSFET que es más oscura que el resto de la placa, esto quiere decir que sufre de forma constante de altas temperaturas.
Una vez comprado el repuesto, en este caso el mismo MOSFET, se coloca de la misma forma que estaba el anterior, con las patas dobladas para que se asiente bien y encaje luego el tornillo en el disipador. Estos componentes con disipador llevan una pasta térmica para mejorar la conducción del calor; le coloqué una pasta térmica de CPU de un ordenador, que tienen un rendimiento correcto para esta labor.
Una buena soldadura es extremadamente importante en este componente, ya que controlará una potencia bastante alta y no queremos que ocurra otra avería tan pronto (ni nunca). Por precaución, también se cambiaron unos condensadores que estaban alrededor por otros similares y nuevos.
Para finalizar, se cambia el fusible de entrada que estaba fundido por otro de la misma intensidad, en este caso 8 amperios. El fusible que compré era un cilindro simple sin patas. Entonces, como no hay portafusibles y el que está colocado tiene patas y están soldadas, lo que hice fue limar el metal de ambos fusibles, colocarlos juntos y soldarlos. Aparentemente es una locura, pero a efectos prácticos es exactamente igual que si estuviera con las patas, está soldado con estaño a un metal, pasa bien la corriente y no hay defectos.
Una vez acabada la reparación de las piezas que encontré en mal estado, finalmente se monta todo y se prueba la televisión. Afortunadamente, funcionó. La dejé encendida durante horas como prueba de estrés y todo correcto. Hasta el día de hoy sigue funcionando.
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