Recibí una Raspberry Pi 400, una placa con componentes de una potencia similar a la de un smartphone, pero a la que se le puede instalar un sistema operativo de escritorio y utilizarla como tal. Este modelo viene con un teclado incluido (con la ñ), con todas las conexiones en la parte trasera.
Entre sus conectores, además de la alimentación por USB tipo C, tiene dos micro HDMI, conector Ethernet, un USB 2.0, dos USB 3.0, un slot para tarjeta SD y, lo más importante, los pines de entrada y salida.
Realizar una instalación ahora es más fácil que nunca. Solo se necesita una tarjeta SD y descargar el programa oficial Raspberry Pi Imager desde el sitio web de Raspberry para tu sistema operativo de PC. Con ello, solo es necesario elegir entre los distintos sistemas operativos disponibles dependiendo del uso que le vayas a dar, hacer unas pocas configuraciones en la propia interfaz gráfica y aceptar. Antes, todo esto se debía hacer mediante archivos de texto una vez instalada la imagen con cualquier programa que lo permitiera.
La velocidad general depende un poco de la tarjeta SD utilizada, pero comparándolo con un PC de escritorio normal, con SSD, va un poco lento, aunque es totalmente usable. Es especialmente útil para hacer servidores, proyectos con sus pines y muchas cosas más. Este modelo tiene una gran placa disipadora, por lo que es posible un overclock alto del procesador.
Existe la posibilidad de no usar una tarjeta SD y utilizar en cambio un SSD mediante un adaptador SATA a USB. Hace años, hacer esta adaptación requería particionar el SSD manualmente, hacer copias de archivos y cosas complicadas. Hace poco vi que ya se podía hacer directamente clonando la SD al SSD. Pero esto presentaba un problema: al ser una clonación, el tamaño de las particiones se mantenía igual, por lo que se debía luego redimensionar o crear una partición extra con la capacidad restante.
Sin embargo, probé usar la utilidad de Raspberry Pi Imager directamente sobre el SSD y ha funcionado correctamente. El programa detecta el SSD, escribe bien la imagen utilizada y, lo más importante, utiliza todo el espacio disponible. Para la prueba, se utilizó un SSD de 240GB.
Al arrancar, aparece un mensaje indicando que no se encuentra ninguna SD. Pero, dejando que siga cargando normalmente, el sistema operativo inicia perfectamente.
Respuesta a comentarios:
La Raspberry Pi 400 es el modelo Pi 4 convertido en un ordenador personal mediante la integración del teclado y el cambio del formato de la PCB. Sigue teniendo los mismos componentes y rendimiento que su variante original. Gracias a su placa metálica que actúa como disipador, no se sobrecalienta.
Esta Raspberry se puede comprar aquí por un precio de 90€.
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